LIBRO DE POSTALES

Regresando a los inicios de El Barón, recordamos nuestro libro de postales. Después del primer año operativo quisimos construir una historia al rededor de este gran personaje, El Barón. Aquí empieza esta gran historia llena de relatos emocionantes. Un personaje misterioso, conocedor, viajero, de buen comer y de buen beber pero sobretodo un gran anfitrión.

Cocktails: best sellers 2015

El Libro de Postales fue una pieza que quisimos hacer para nuestro 2do aniversario. Este Libro de Postales contenía 13 postales. Las primeras 6 eran cocktails que fueron nuestros best sellers hasta ese momento. Mostramos como prepararlos en cada postal. Varios de ellos como el Puro, Gin Basil Smash, Alacrán y Cucumis Sour son cocktails que están en los 8 cocktails favoritos de El Barón hasta la fecha. Las siguientes 7 postales relataban la primera historia que escribimos de El Barón. A continuación se las contamos.

La Historia: francia

La Historia: intro

LA HISTORIA

El primer viaje fue el más importante. El destino: una isla desconocida en algún lugar entre Japón y Australia. Decidió viajar liviano y llevar consigo simplemente tres cosas (ningunas de las cuales eran materiales): 

1. Hambre de aventura. 
2. Deseos de probar lo mejor en cada rincón del planeta. 
3. Ganas de conocer el mundo entero

Cuando aterrizó y pisó la arena blanca, el mar sereno, el paisaje completamente desconocido pero al mismo tiempo familiar, se dio cuenta que era un peregrino de corazón, que ese era su destino. Se dio cuenta de que quería ser el tipo de hombre que arma una casa de diferente color y tamaño en cada puerto, hasta conocer todos los rincones de este, solamente para dejar todo atrás, sin miedo ni arrepentimiento, el día que se despertará de nuevo con hambre de aventura.

La Historia: cartagena

La Historia: quinta parte

Así comenzó su vida y su viaje por todos los mares altos y anchos, por todos los países, por todos los terrenos conocidos y sobretodo por los desconocidos. Probó el queso de leche de ballena azul en las Islas Bálticas, nadó con tiburones martillo en el océano índico, convivió con los Igbo en Nigeria. Ayudó a fundar el primer casino de Groenlandia, estuvo comprometido con una duquesa de Kazajistán (una larga historia de amor y desamor que es mejor no abordar), cazó tormentas en Texas.

De todas las aventuras posibles sus favoritas eran aquellas que propiciaban una celebración. Así, comenzó a hacer grandes fiestas al rededor del mundo invitando a sus amigos y a amigos de sus amigos. 

Hizo celebraciones de más de tres días frente al mar donde hacía lo que más le gustaba en la vida: atender a sus invitados, mostrarles comidas, bebidas, costumbres, palabras y hasta vestidos de los países que había visitado y a los cuales parecía que solo había ido él. Países donde según cuenta El Barón los días duraban veinte horas y las noches cuatro; países donde en verano el cielo no era azul sino púrpura; lugares donde todos caminaban desnudos en los lunes festivos y nadie decía nada; montañas donde uno podía tocar las nubes. 

El Barón viajó desde aquel día cuando tenía dieciocho años sin parar. Vivió en la cima de un árbol en Madagascar, en una cueva en Bonaire con entrada de agua de mar y agua de río donde solo tenía que estirar la mano para pescar, al lado de un volcán en Islandia que en vez de lava escupía lluvia. Siempre pensó que iba a morir en un avión, en un barco o en un carro, que nunca iba a dejar de moverse, que nunca iba a anclar. Hasta que llegó a Cartagena.

Es la manera en la que las sábanas vuelan y se pierden en el cielo, cerca a los aviones, cuando ventea. Es el poder mágico de los peces de la bahía que si te quedas mirándolos lo suficiente, hipnotizan. Es la gente de sus calles que sana dolores o enfermedades con solo tocarte el cuerpo.

Continuara…

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